En tiempos en que las divisiones y la falta de consenso parecen dominar distintas esferas de nuestra sociedad, es relevante destacar aquellas instancias virtuosas donde el sector público y privado se encuentran en la búsqueda de un bien común, con el fin de aportar valor económico y medioambiental para el desarrollo de nuestro país.
El reciente Acuerdo de Producción Limpia (APL) sobre la gestión y reciclaje-valorización de residuos de envases no domiciliarios (industriales), es un hito significativo para la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP), que marca una ruta para avanzar hacia una economía circular y encaminarnos hacia la meta del cero residuo en nuestras industrias productivas, y también es un ejemplo del clima de confianza que generan estos convenios voluntarios y que involucran a diversos actores que resuelven avanzar conjuntamente para establecer estándares mucho más allá de lo que exige la normativa vigente.
Los invitamos a leer la columna de Susana Albarracín, Presidenta de ProREP, publicada en Diario Financiero, en el siguiente enlace